domingo, 13 de septiembre de 2009

-"Señora!... La pelota!..."

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Cuántos misterios se entretejían alrededor de aquella vieja que no nos devolvía las pelotas, ¿No?

Éramos tan chicos, y sólo nos importaba jugar a la pelota. No nos interesaba nada más. ¿La tarea? ¿La siesta? ¿Las plantas de la abuela? Naaaah!!!... el fútbol papá… nos interesaba la pelota, el jugar en nuestra calle de tierra, descalzos, con pelota de cuero, de plástico, o en las épocas más pobres, con la pelota de trapo. Incluso existió la pelota de basura, hecha con una bolsa plástica y papel adentro, pero no soportaban más de cinco minutos dentro del campo de juego. ¿Éramos felices? ¡Pero claro que éramos felices! Si nos pasábamos horas jugando, esos partidos interminables que terminaban 32 a 30, y que se daba por terminado porque el sol se había cansado de ser el reflector de nuestro estadio, y se retiraba prometiendo volver mañana, dejando la posta a la noche.

Todo era perfecto, de color de rosas, como en los cuentos de hadas. Todo muy lindo hasta que el balón iba a parar a la casa de “la vieja”. Nadie realmente sabía su nombre, sólo por su apodo, que comúnmente iba acompañado de un insulto, pero eso no va al caso que les cuente.



Había tantas incógnitas en cuanto a aquella señora que dormía la siesta, y que le molestaba cualquier mínimo ruido.

Se decía que era viuda, y que su marido había muerto de una forma misteriosa, que la Justicia la investigó, pero que salió limpia de culpa y cargo. Otros auguraban que en realidad nunca había logrado casarse, que sólo había tenido un novio, el cual estuvo a su lado sólo por conveniencia, quien la habría dejado plantada en el mismísimo altar, y que desde entonces odiaría a la sociedad toda, incluídos los felices niños.

Tantos misterios nos quedaron de esa infancia, tantos misterios sin resolver. Nunca supimos si era cierto eso de que embalsamaba gatos, si es que se veían fantasmas por las noches en su casa, o si tiraba las cartas para ganarse unos pesos extra y llegar a fin de mes.



Eran muchas las creencias y pocas las certezas. Entre las certezas, seguramente estaba el hecho de que si la pelota caía en su terreno ¡Olvidate papá! Tu pelota ya era historia. Podía tener distintos finales, es cierto.

Podía ser regalada a sus nietos, cuando éstos la visitaban una vez por año, seguramente esperando que eso les hiciera creer que era una “vieja buenita” y que la vendrían a visitar un poco más de seguido, obviamente que no lo lograba.

Podía ser que se la dé a los perros, y disfrutar cómo destruía el preciado esférico ante nuestra atónita e impotente mirada.

O el caso más aberrante, podía esperar a que cayera la noche, y entre penumbras, salir a su patio con un cuchillo de carnicero recién afilado en una mano, y la pelota bajo el brazo, arrodillarse en el centro de su jardín, y darle certeros puntazos a la pelota, para herirla de muerte, riéndose muy fuerte… a penetrantes carcajadas… para luego arrojar los restos al patio vecino, que vendría a ser el mío.



Nunca supe bien en qué momento dejé de jugar al fútbol con mis amigos en nuestra calle de tierra, descalzos, con nuestros distintos tipos de balones. Pero desde que dejé la actividad, automáticamente olvidé la existencia de aquella señora.

Lo que fue de ella es un verdadero misterio. A veces creo oír sus carcajadas en plena madrugada, y el sonido del cuchillo atravesando el cuero del balón.

Por todo este sufrimiento que nos dejó traumados de chico, esta señora se merecía ir presa, ojalá algún día la justicia haga algo por chicos como nosotros, que fuimos víctimas psicológicas de esta homicida impune de pelotas de fútbol.


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jueves, 3 de septiembre de 2009

El Negro Chochón

El negro Chochón es uno de esos jugadores realmente particulares del fútbol argentino. Primero que nada porque no es jugador dotado futbolísticamente, ni siquiera se podría decir que tiene dotes de deportista. Es un hombre enorme, de casi 2 metros, gordo, de movimientos toscos. Nadie puede explicar fehacientemente cómo logró llegar a la primera plantilla de un equipo profesional con tan pocas virtudes. Ninguna persona puede aún, fundamentar por qué sigue jugando con la 9 de manera indiscutida hace ya 10 años. Y el colmo de lo inexplicable es que logró, a la cansada, convertirse en casi un ídolo de la entidad. Por si faltara algo, tampoco es un virtuoso de la belleza, ya que si existiera un premio al jugador más feo del mundo, estaría compitiendo, cabeza a cabeza, con el Carucha Müller, y Jairo Patiño.

Hasta la fecha no se le conocía partido alguno que haya jugado como para puntuarlo con más de 5 en el Gran DT. Hace unos años se fue por una temporada a Chozas, un equipucho de un pequeño pueblo correntino, no logró convertir ni un solo gol, pero no es que sea figurativo, sino que es literal!. Ni siquiera en los entrenamientos la pudo embocar!.

Aunque, para ser sinceros, sí tuvo su época de gloria. Fueron dos partidos, y encima consecutivos!. Fue por un regional. Debíamos ganar ambos partidos, y marcó 2 en uno, y en el definitivo se despachó con 3, creo que fue ese el momento en que se comenzó a quererlo.

-“Si pudo meter 3 goles aquella vez, puede hacerlo cualquier día nene!... no seas tan negativo”. Me reprochaba el Rubio por mi más que fundamentada desconfianza, sin tener otro argumento para intentar hacerme cambiar de parecer.

Hace exactamente siete días, debíamos ganar un partido fácil, contra Luz y Fuerza. Está bien, no es 100% culpa del Negro, pero la verdad, es que si metía una de las 15 o 16 oportunidades de gol que tuvimos, o al menos uno de los dos penales que erró, el partido no habría terminado 0 a 0, y ahora estaríamos clasificados para el grupo final de la Liga Local.

Hoy jugamos la última fecha, ya por nada, sólo para cumplir con el fixture, y el resultado quedará olvidado en las crueles y frías estadísticas.

Fui a la cancha y Huracán ganaba cómodamente 2 a 0, sin goles del Negro, obviamente.

-“No puede ser TAN perro éste tipo… para cuando lo pasan a disponibilidad?... que deje de jugar por decreto nacional al menos, no sé… inventen algo”. Decía Asado, harto ya de verlo jugar al Negro siempre.

-“Para mí que debe tener un pacto con el diablo… pero su pacto fue que no lo saquen nunca de los titulares… por qué no habrá pedido para ser un buen jugador nomás?... qué cáncer que es el morocho éste”. Alucinaba Juanchi.

-“Es un monstruo!... en cualquier momento te mete 3 goles en un partido”. Seguía defendiendo el Rubio.

-“Aaaahhhh… pensé que lo de ‘Monstruo’ lo decías por lo feo”. Bromeaba Ladrillo.

-“Naaaaa... es un grande el Negro… no sé para qué lo putean tanto si después van a terminar gritando los goles de él… mirá!... ahí viene… dale Huevo!... tirá centro para Chochón…”.

El gran Huevo Acosta gambetea cerca del córner a dos rivales, y tira centro… para que el tosco número 9 de Huracán le dé con hombro, y la tire afuera.

-“Con la cabeza!!!!... con la cabezaaaaa!!!... cómo le vas a pegar con el hombro animal!!!.... Gritaba el Colorado, con la vena a punto de explotar.

-“No te permito!... que sea la última vez que te escuche comparar a los animales con éste tipo”.
Le dijo Andrés Limado.

-“Tranquilo Chochi… tranquilo… ya te va a salir”.
Arengaba el incondicional Rubio.

-“Pffffff… ojalá!... no veo la hora que salga de la cancha”.
Rápidisimo de reflejos el Piri.

A todo esto, el oscuro atacante no daba la sensación de escuchar los insultos ni los alientos. Al parecer es un jugador de esos mal llamados “sordos”, los cuales pueden estar en un estadio con 60 mil personas o en un entrenamiento en Siberia, y jugar de la misma manera, no creo que estuviera enterado del malhumor que teníamos por todos éstos años sufridos con él como estandarte de la delantera del Club.

-“Vamos Negro, vamos!”.


Gritaba desaforada Morena, la novia de Pol, quien nos contó en la semana, que cuando salió con las amigas para el boliche, el remisero de turno era nuestro delantero en cuestión.

-“Jugué en el Nacional B junto al ‘Máquina’ Giampietri, en Quilmes, pero me volví porque no me adapté”.


-“Parece que le caía mal el vino de la zona”.
Teorizaba Morena sobre las razones por la cual no pudo quedarse a triunfar en el fútbol grande.

Lo que sí, es que el pasaje de las chichis corrió por cuenta del remisero, quién les dejó su tarjeta para que lo vuelvan a llamar, por lo visto, lo que le falta en habilidades futbolísticas, le sobra en galantería.

-“Qué hijo de mil perras, no puede jugar bien UN homosexual partido!... me hartó… BASTA!... ya dejen de alentar a éste tipo… si a éste lo único que le importa es el alcohol después de los 90 minutos… no ves la panza que tiene?...”.
Ya me exalté, y me puse de pie.

Increíblemente, todos se pusieron en mi contra, y comenzaron a alentar, más que nunca. Gritaban su nombre, coreaban el famoso:

-“Oléeeee, olé, olé, oléeeee / Chochóoooooon, Chochóooooon…” (8)


Ni al Huevo Acosta le dedicamos una canción en toda su carrera!!!... esto ya se estaba yendo de mambo.

El Negro se da vuelta, y sonríe a la hinchada… en ese momento surgió un éxtasis, el jugador “sordo” puede oír… sí!... escucha!... pero sólo escucha lo que quiere… y la gente?... con esa mirada explotó!. Los gritos de aliento se hicieron incesantes. Me sentía como si estuviera alucinando.

-“Esto no puede estar pasando”.
Me decía a mí mismo en voz alta.

-“Dale Cardozo!... Cruzala!... para el groso!”. Gritaron por ahí.


El groso????... no puede ser… esto ya me supera.

Cardozo hizo efectivamente eso. Metió un pelotazo cruzado, de 40 metros, para que Chochón la pare de pecho. Naaaaa!!!... no puede ser… apelo a los conocimientos futbolísticos de quién está leyendo, y piense para sí mismo, si es fácil parar una pelota que viene pateada desde 40 metros. Los futboleros sabemos que esas pelotas sólo pueden ser paradas por verdaderos dotados en técnica, al resto de los mortales esa pelota nos rebotaría y se alejaría de nosotros otros 40 metros.

Pero no, ésta vez extrañamente la pelota le queda flotando frente a él, y se lo ve decidido a patear desde los más de 35 metros de distancia que lo separan del arco.

-“Lo manda a la mierda”.
Me digo

Patea con toda la violencia, esa pelota hizo una parábola realmente espectacular, y se clavó en el ángulo, pasando por encima de un adelantado arquero.

-“GOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLL”.
Explota la tribuna de alegría.

Y yo pensaba.

-“Qué gritan?... Por qué no hizo ese gol la semana pasada?... eh???...”


Y el "grone" se vino al alambrado para aunar el grito con sus “supporters”, sumada a una sonrisa amplia donde dejaba ver los pocos dientes sobrevivientes.

-“Sos el mejor Negro… sos el mejor!...”.
Le gritaba el Rubio casi entre lágrimas.

Para luego rematar con un:

-"Gracias por tu fútbol..."

-“Te regalo un vino después del partido”.
Prometió Actenomys.

A lo que el morocho respondió con una sonrisa aún más amplia y un asentamiento de cabeza.

-“Y yo te regalo otro vino, marca Grosso, si es que metés otro gol así Negro de mierda y la recalcada 'shell' de tu madre!… así tendrías que haberla embocado la semana pasada, cuando servían los goles”.


Me quedó mirando, desafiante. Pensé que iba a insultarme. No dijo nada. Se fue. Pero evidentemente estaba hirviendo por dentro. Al fin pude notar que le molestó uno de los millones de insultos que recibió durante una década.

Yo también estaba enfurecido. Pero nadie escuchó lo que le grité, sólo él. Calculo que habrá sido porque lo hice en medio de la algarabía de los festejos.

-“Es un monstruo”.
Repetía el Rubio.

- “Es un Crack”.
Afirmaba Juanchi

-“Es el mejor”.
Sentenciaba Ladrillo.

-“Cuánto falta?”.
Pregunté.

-“Ya termina, ya termina”.
Alguien me respondió.

Listo, ya terminaba. En ese momento me disponía a descolgar mi bandera cuando de repente escucho:

-“Uhhh!... mirá la que hizo!”


Levanto la mirada, y era el magistral Huevo Acosta gambeteando en la mitad de cancha a tres rivales, sigue corriendo con pelota dominada hasta línea de fondo y tira un centro, despejan de un cabezazo hacia la medialuna, ahí estaba el inmortal número 9 azulgrana para pararla CON EL MUSLO!!!... la pelota le queda flotando nuevamente, y vuelve a castigar con un derechazo que expulsa un balón a más de 100 km por hora para incrustarse en la red junto al palo derecho ante la atónita mirada de los presentes.

-“GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL”.
Revienta la fanaticada y cae en una avalancha interminable a la cual me sumo y grito con alma y vida junto a mis hermanos del tablón.

Nuestro goleador viene hacia donde estábamos, ya no era negro, estaba rojo… era el rojo de la más neta furia… corrió directamente al alambrado con el dedo índice apuntando, como un testigo apunta al culpable en un jurado, ese dedo buscaba a alguien en la tribuna, me buscaba a mí.

-“Para vos… para vos”.
Parecía decirme, medio gangoso, por la saliva que le colgaba, de tanta rabia que tenía dentro. Yo no escuchaba nada, estaba sumergido en la adrenalina del gol gritado en masa.

Los compañeros de equipo no lo podían contener, se lo tuvieron que llevar entre varios, no quería irse del alambrado perimetral, hasta que lo obligaron.

El partido terminó 4 a 0, y sólo quedará para la estadística.

A la media hora de terminado el encuentro ya no quedaba nadie en las inmediaciones del estadio, a Actenomys parecía habérselo tragado la tierra. Los jugadores salían lentamente del vestuario, y ahí afuera estaba yo, con dos vinitos, esperando a que salga nuestro ídolo para hacerle entrega de su más que merecido premio.

martes, 1 de septiembre de 2009

El día que descubrí que soy sádico!

-"La mierda!... qué frío hace".

-"Dale Pocholo, levantate!... ya son las 11".

Mmmmm... qué ganas de quedarme un ratito más en la cama haciendo fiaca... entre frazaaaadas... y si hay una estufa... mejor!.
Voy a prender el celular... espero que no tenga ningún mensaje indeseado... de esos que no quiero recibir hoy...

-"10 mensajes de texto nuevos". Reza la pantalla color ámbar de mi Siemens A56... elijo el último mensaje en entrar.

-"Sergio Borda: Hoy ascendemos al torneo Nacional y ustedes se quedan acá, a jugar por la Liga local amarrrrrgos"

Maldita sea... elijo el próximo, por ahí es alguna otra cosa.

-"Fedex Viniel: En tu cancha vamos a dar la vuelta... si querés venite a ver como llenamos la canchita de metegol que nos alquilan... la misma que vos no llevás ni 30 personas todos los partidos... le planchamos la escarapela a los formoseños estos y subimos al Torneo Nacional...".

Uuufff... quedan 8 en bandeja de entrada... leo el próximo o no?... mmmm... leo uno más.

-"Piturro: Para vos hijo mío, el regalo de (...)", (paf!).

-"Basta!... no leo más. Maldito día el que me toca vivir hoy"

-"Que te pasa mí hijo?". Me dice la nona Aurelia.

-"Naaaada Abuela... lo que pasa es que estos pechos congelados con un empate ascienden hoy... encima en nuestra cancha... por qué mierda no se construyen la suya???".

-"Y bueno mi hijo, siempre lo mismo vos con el Hacheros, ya sabés que no le ganan a nadie, no pueden ganar ni la Liga local y encima son envidiosos de que el Club Ferián esté por subir a otra categoría... miralo de este lado... vamos a figurar a nivel nacional mi hijo... vamos a estar en el mapa nuevamente!..."

-"Pero abuela... es porque estos creídos tienen 5 años de existencia!!!... 5 años!!!... y ya se creen el mejor equipo, nosotros tenemos casi 100 años de existencia y no somos ningunos pedantes... y, además, su hinchada se cree mejor que la de River y Boca juntas... y como mucho llevan 1.500 personas. No te olvides que están ahí porque el gobierno puso mucha plata en ese equipo, además de que hay algo raro ahí, como un lavado de dinero, no sé... hay demasiada plata en ese club".

-"Sí, llevan 1.500 personas... llenan el estadio de ustedes, que no sé por qué lo hicieron taaaan grande si juntando a todos los socios, hinchas, simpatizantes, personas fallecidas y familiares de los jugadores deben llegar a 300 personas".

La vieja tenía razón, nosotros llevamos 100 hinchas como fija y los del C. Ferián unos 1.200 por partido. Pero qué mierda se creen esos mocosos!. Tienen 5 años de existencia y te dicen: "amargo! vos no conocés ninguna cancha!", cuando ellos se iban a ver básquet antes que exista éste club de mierda.

Incluso muchos de ellos venían a ver al glorioso Hacheros cuando jugamos un torneo Nacional, allá lejos, pero llegamos, estuvimos un año y descendimos, pero qué partidos le hicimos a todos che!. A River le pegamos terrible baile en el Monumental, pero baile, baile eh!... está bien, perdimos 2 a 1... pero le dimos un baile inolvidable, y no es joda. O la vez que le ganamos a Inependiente acá, en el Hachódromo, con un golazo de Roberto Tapiano, que la picó por encima de Faryd Mondragón en el último minuto, ja!, no me vengan con que no tenemos historia y qué se yo!.

El caso es que la gran mayoría se hizo hincha de éste equipo que está de moda en la ciudad, porque siempre llegó lejos en los últimos 3 regionales que jugó, hace buenas campañas y ahora está a un paso de ascender... encima se creen hinchas de toda la vida.
Para colmo, la mitad de su equipo está formado por jugadores nacidos en el Hacheros.

-"Viste lo que juega Paccioli?. Es Maradona para éstos regionales. Algún día van a sacar un jugador así ustedes???... eh???...".
Eso me dicen estos ignorantes!... qué tontos!... si justamente a Paccioli, yo mismo le cocinaba la polenta cuando vivía en la pensión que está debajo de la tribuna Oeste de nuestro estadio!!!... por favor!... qué bronca dan estos supuestos fanáticos del Ferián, que no saben que su club se lo llevó por monedas de acá, porque nuestro club está en la llamarada financiera. Pero qué van a saber estos... si tienen apenas un lustro de cancha!.

-"Ring! Ring!". Sonaba el teléfono.
No me dí cuenta... me quedé pensativo en la mesa del living.

-"Hola Cris!. Querés venirte a casa a tomar unos teres conmigo?".

-"Emmm!... perdón???".

-"Uy!... disculpá... no te dije que soy Ceci"

-"Quién?".

-"La Pioja bobo!... estoy en casa y quiero tomar unos tererés con vos, porque me aburro acá solita".

Me viene al pelo!... así zafo de la realidad!... zafo de éste día de ocote... apago el celular, me encierro con la Chechu a tomar algo fresco todo el día, y de paso le tiro los buitres encima, por ahí ligo algo... jeje... lo malo es que tengo que cruzar por la cancha...

-"A qué hora voy?". Le pregunté.

-"Venite a las 7, porque a esa hora llego, por favor no te atrases porque tengo que bajar a abrirte el portón de la pensión , sucede que el portero no anda bien... no te molesta que te espere abajo?...".

Nuuuuuu... a esa hora estará terminando el partido... ya me imagino estar cruzando por inmediaciones nomás... y verlos festejando, haciendo quilombo por las calles... andá a saber si me reconocen como uno de los Hacheros y encima me ligo una paliza... sería el postre de un día más feo que yogur de morcilla...

-"Ceci... divina... no podemos cambiar el horario?".

-"Ay!... no Cris, no podemos hacerla más temprano porque yo llego a esa hora del centro, ni después tampoco porque mi tía se va a sentar afuera a tomar sus mates y vos sabés que ella es muy chismosa y puede inventar cualquier cosa, incluso puede contarle cosas a mi viejo... porfis Cris, haceme el favor".

Mmmmm... y sí... era mi oportunidad de acercarme un poco a más a ésta chica que siempre me gustó... además... desde cuando me llama????... y seeeee... me juego el pellejo y voy.

-"Sí nena... voy a verte... esperame a las 19 en punto en el portón de tu casa".

-"Ok Cris... Tá Dá!".

La mierrrrrda... ahora qué hago?... ya me comprometí. Y bueno!... sólo me queda bañarme y vestirme con mi mejor ropa.


(Luego de unos minutos, Pocholo sale a la calle, por Av. Cárcano, la misma que une su casa con la pensión donde vive Cecilia. De camino queda el Hachódromo, cuando cruza por el mismo, ve la imponencia de los colores rivales en sus tribunas).


La mierda que son muchos che!... que mal me siento... ellos van a subir y nos van a gastar por siempre... se van a acordar esto todos los años... lo van a llamar:

"El día que ascendimos en cancha de nuestros hijos".

Qué bronca por Dios!!!!... que me maten si pasa algo así... maldigo el día que le firmaron el contrato para alquilarles el estadio a estos hdp... qué bronca...

Luego le entró una duda... recordó que tampoco eran invecibles... es decir, que también podían PERDER.

Cómo irá el partido???... mmmmmmm... me come la curiosidad... mmmmmm... qué hago?... paso por el estadio o no lo hago?... mmmmm... pero estoy llegando con lo justo a lo de la pioja... mmmmmm... pero no creo q me tarde mucho... mmmmmm... como mucho unos segundos, si voy a pasar por afuera nomás... mmmmmmm... qué hago???... voy o no... voy o no... voy o no... mmmmmm... má sí... voy...


(entra al estadio y se dirije directamente a lo de Doña Meli, la kioskera del club y fanática del Club Atlético Hacheros).



-"Cómo va el partido Meli?".

-"Pierde Ferián 1 a 0!!!".

-"No me mientas negra!!!... cuánto va???".

-"No escuchaste???... pierde 1 a 0".

-"Cuánto falta???".

-"10 minutos Pochi, 10 minutos!!!".

El estado de ánimo de Pocholo cambió rotundamente, sentía cómo el alma le volvía al cuerpo, cómo ingresaban a sus pulmones un aire nuevo, refrescante, que le traía VIDA...

Sí...

El Ferián perdía 1 a 0, y eso era impagable...

- "mmmmmmm... seeeeeeeeee!!!..."

-"No sabés, erraron 2 penales y pegó una pelota en el palo y ni así pueden empatar!!! Jaja!."

-"Jaja!... Meli, dame un whisky... el mejor que tengas".


Y ahí se convirtió todo en algo mágico, Pocholo, con un whisky en una mano y un vasito "medida" en la otra se fue hasta el portón desde donde se veía el partido.
Apenas posó sus narices entre los cuadraditos de la reja vio cómo un jugador del Ferián hacía un mal pase y la pelota se iba por línea de fondo... las puteadas de sus hinchas no se hicieron esperar!.

-"Pasá bien hdp... qué tenés?... lo pies redondos?...".

Uy!... sí, Pocholo sabía perfectamente que ese partido ya no iba a cambiar de resultado, y por eso disfrutaba... se reía solo... se servía otra media y la tomaba de golpe... se secaba con la manga de la remera roja que llevó para su cita.

-"UUUUHHHH!!!".

Bramía el estadio por una pelota que pasó cerca del travesaño, eso no lo preocupaba... él seguía disfrutando ese momento, esa situación.
Su equipo rival estaba perdiendo, y él lo gozaba... lo gozaba como los mejores... parecía saborear el silencio que provenía desde la "Súper" hinchada del C. Ferián, esos que eran más grandes que River y Boca, esos que eran la mejor hinchada del país... en ese momento estaban sin aliento, sólo putiaban a sus jugadores.

Y Pensaba en voz alta.

-"Ooooohhhh... síiiii... sigan putiando!".

Disfrutaba del dolor de esos hinchas que gritaban, putiaban, se agarraban la cabeza para sacarse los pelos (algunos se sacaban los pocos pelos que les quedaban) otros lloraban... era un espectáculo que se habría lamentado toda su vida si no lo veía.

-"Seeeeee... lloren chicos... lloren... van a perder el ascenso nada menos... le ganaron a 254 equipos... y pierden en la final... lloren chicos... tienen buenas razones".

Seguía disfrutando.

Paladeaba el sonido que emitían esos 10 hinchas que osaron venir de visitante, contra todos los pronósticos.

Suena su celular... era la Chechu...

-"Donde estás?"

-"No me jodas...".

Y colgó la llamada... él estaba completamente en otra... y no quería que lo molesten en éste, que era uno de los mejores momentos de su vida...

Giró la cabeza para ver a su alrededor De pronto se dio cuenta de que no era el único, de que había otros hinchas del Hacheros cerca del portón, y que también se regocijaban con lo que estaba pasando, no eran más de 10. No supo que eran hinchas de su mismo Club porque los conociera... sino porque podía comprender la "cara" de la gente que sentía lo mismo que él en ese momento... algunos eran poco discretos... que hasta bailaban sólos, como si el barullo del estadio, fuera la música más dulce para sus oídos... pero él estaba en su mambo... él estaba en la suya... saboreando el momento...

-"Cuánto falta???...".

Preguntó a uno de los bailarines...

-"Van 46' y el árbitro adicionó sólo 2'..."

Le respondió, con una alegría inexplicable, y una sonrisa pícara.

No quedan más que 60 segundos para...

(...)

-"GOOOOOOOOOOLLLLLLL!!!!!!!!!!".

Estalla la tribuna local(?)... empatan el partido...

-"GOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLL!!!!!... VAMOS FERIÁN VIEJO NOMÁS!!!!...".

Se lo escuchó al efusivo hincha que estaba más cercano al portón, seguido de un sapucay.

Pocholo casi sufre un paro cardíaco, a pesar de tener apenas 23 años... pero luego ve... allá... a lo lejos... entre taaaanta y gente y colores... resaltando entre todos como si estuviese en marcado en un círculo rojo hecho en PhotoShop...

Una tela amarilla y roja atada... estática en el aire... para luego bajar... estaba atada a un palito... el palito ahora apunta hacia adelante...

Era el juez de línea, cobrando Off Side (u Orsai, como lo conocemos nosotros)...

Invalidando la última acción, y por ende, descartar el gol hecho...

El partido seguía 1 a 0 a favor de los formoseños!...

Ahora sí...

Pochi se delitaba... sentía la sensación de que todas las puteadas al aire, dirigidas al árbitro, todas esas tensiones, esa desesperación que se transformaban en blasfemias y gotas gordas de sudor de los "más grandes que River y Boca" se dirigían directamente y sin escalas a su pecho... para hacerlo sentir superior... seeee... qué sensación!!!...

Abriendo las manos, con la botella y el vaso en cada mano, levantándolas... y su cabeza, con un movimiento leve de lado a lado, esbozando su mejor cara de hijo de puta, va levantando su pera paulatina y lentamente, con los ojos cerrados y una sonrisa cómplice... más que gozando esos momentos...

Se escucha el pitido final...

Abre los ojos en esa posición, casi como Cristo en la cruz... mirando al cielo... apenas se le escapa un tenue:

-"Gracias...".

Y se retira del estadio, completamente tranquilo y en silencio...

Tira lo que le había quedado del Whisky a la tierra, en señal de agradecimiento (?)...

Y rompe el vaso... para que nadie más pueda disfrutarlo como lo hizo él esa tarde...