jueves, 3 de septiembre de 2009

El Negro Chochón

El negro Chochón es uno de esos jugadores realmente particulares del fútbol argentino. Primero que nada porque no es jugador dotado futbolísticamente, ni siquiera se podría decir que tiene dotes de deportista. Es un hombre enorme, de casi 2 metros, gordo, de movimientos toscos. Nadie puede explicar fehacientemente cómo logró llegar a la primera plantilla de un equipo profesional con tan pocas virtudes. Ninguna persona puede aún, fundamentar por qué sigue jugando con la 9 de manera indiscutida hace ya 10 años. Y el colmo de lo inexplicable es que logró, a la cansada, convertirse en casi un ídolo de la entidad. Por si faltara algo, tampoco es un virtuoso de la belleza, ya que si existiera un premio al jugador más feo del mundo, estaría compitiendo, cabeza a cabeza, con el Carucha Müller, y Jairo Patiño.

Hasta la fecha no se le conocía partido alguno que haya jugado como para puntuarlo con más de 5 en el Gran DT. Hace unos años se fue por una temporada a Chozas, un equipucho de un pequeño pueblo correntino, no logró convertir ni un solo gol, pero no es que sea figurativo, sino que es literal!. Ni siquiera en los entrenamientos la pudo embocar!.

Aunque, para ser sinceros, sí tuvo su época de gloria. Fueron dos partidos, y encima consecutivos!. Fue por un regional. Debíamos ganar ambos partidos, y marcó 2 en uno, y en el definitivo se despachó con 3, creo que fue ese el momento en que se comenzó a quererlo.

-“Si pudo meter 3 goles aquella vez, puede hacerlo cualquier día nene!... no seas tan negativo”. Me reprochaba el Rubio por mi más que fundamentada desconfianza, sin tener otro argumento para intentar hacerme cambiar de parecer.

Hace exactamente siete días, debíamos ganar un partido fácil, contra Luz y Fuerza. Está bien, no es 100% culpa del Negro, pero la verdad, es que si metía una de las 15 o 16 oportunidades de gol que tuvimos, o al menos uno de los dos penales que erró, el partido no habría terminado 0 a 0, y ahora estaríamos clasificados para el grupo final de la Liga Local.

Hoy jugamos la última fecha, ya por nada, sólo para cumplir con el fixture, y el resultado quedará olvidado en las crueles y frías estadísticas.

Fui a la cancha y Huracán ganaba cómodamente 2 a 0, sin goles del Negro, obviamente.

-“No puede ser TAN perro éste tipo… para cuando lo pasan a disponibilidad?... que deje de jugar por decreto nacional al menos, no sé… inventen algo”. Decía Asado, harto ya de verlo jugar al Negro siempre.

-“Para mí que debe tener un pacto con el diablo… pero su pacto fue que no lo saquen nunca de los titulares… por qué no habrá pedido para ser un buen jugador nomás?... qué cáncer que es el morocho éste”. Alucinaba Juanchi.

-“Es un monstruo!... en cualquier momento te mete 3 goles en un partido”. Seguía defendiendo el Rubio.

-“Aaaahhhh… pensé que lo de ‘Monstruo’ lo decías por lo feo”. Bromeaba Ladrillo.

-“Naaaaa... es un grande el Negro… no sé para qué lo putean tanto si después van a terminar gritando los goles de él… mirá!... ahí viene… dale Huevo!... tirá centro para Chochón…”.

El gran Huevo Acosta gambetea cerca del córner a dos rivales, y tira centro… para que el tosco número 9 de Huracán le dé con hombro, y la tire afuera.

-“Con la cabeza!!!!... con la cabezaaaaa!!!... cómo le vas a pegar con el hombro animal!!!.... Gritaba el Colorado, con la vena a punto de explotar.

-“No te permito!... que sea la última vez que te escuche comparar a los animales con éste tipo”.
Le dijo Andrés Limado.

-“Tranquilo Chochi… tranquilo… ya te va a salir”.
Arengaba el incondicional Rubio.

-“Pffffff… ojalá!... no veo la hora que salga de la cancha”.
Rápidisimo de reflejos el Piri.

A todo esto, el oscuro atacante no daba la sensación de escuchar los insultos ni los alientos. Al parecer es un jugador de esos mal llamados “sordos”, los cuales pueden estar en un estadio con 60 mil personas o en un entrenamiento en Siberia, y jugar de la misma manera, no creo que estuviera enterado del malhumor que teníamos por todos éstos años sufridos con él como estandarte de la delantera del Club.

-“Vamos Negro, vamos!”.


Gritaba desaforada Morena, la novia de Pol, quien nos contó en la semana, que cuando salió con las amigas para el boliche, el remisero de turno era nuestro delantero en cuestión.

-“Jugué en el Nacional B junto al ‘Máquina’ Giampietri, en Quilmes, pero me volví porque no me adapté”.


-“Parece que le caía mal el vino de la zona”.
Teorizaba Morena sobre las razones por la cual no pudo quedarse a triunfar en el fútbol grande.

Lo que sí, es que el pasaje de las chichis corrió por cuenta del remisero, quién les dejó su tarjeta para que lo vuelvan a llamar, por lo visto, lo que le falta en habilidades futbolísticas, le sobra en galantería.

-“Qué hijo de mil perras, no puede jugar bien UN homosexual partido!... me hartó… BASTA!... ya dejen de alentar a éste tipo… si a éste lo único que le importa es el alcohol después de los 90 minutos… no ves la panza que tiene?...”.
Ya me exalté, y me puse de pie.

Increíblemente, todos se pusieron en mi contra, y comenzaron a alentar, más que nunca. Gritaban su nombre, coreaban el famoso:

-“Oléeeee, olé, olé, oléeeee / Chochóoooooon, Chochóooooon…” (8)


Ni al Huevo Acosta le dedicamos una canción en toda su carrera!!!... esto ya se estaba yendo de mambo.

El Negro se da vuelta, y sonríe a la hinchada… en ese momento surgió un éxtasis, el jugador “sordo” puede oír… sí!... escucha!... pero sólo escucha lo que quiere… y la gente?... con esa mirada explotó!. Los gritos de aliento se hicieron incesantes. Me sentía como si estuviera alucinando.

-“Esto no puede estar pasando”.
Me decía a mí mismo en voz alta.

-“Dale Cardozo!... Cruzala!... para el groso!”. Gritaron por ahí.


El groso????... no puede ser… esto ya me supera.

Cardozo hizo efectivamente eso. Metió un pelotazo cruzado, de 40 metros, para que Chochón la pare de pecho. Naaaaa!!!... no puede ser… apelo a los conocimientos futbolísticos de quién está leyendo, y piense para sí mismo, si es fácil parar una pelota que viene pateada desde 40 metros. Los futboleros sabemos que esas pelotas sólo pueden ser paradas por verdaderos dotados en técnica, al resto de los mortales esa pelota nos rebotaría y se alejaría de nosotros otros 40 metros.

Pero no, ésta vez extrañamente la pelota le queda flotando frente a él, y se lo ve decidido a patear desde los más de 35 metros de distancia que lo separan del arco.

-“Lo manda a la mierda”.
Me digo

Patea con toda la violencia, esa pelota hizo una parábola realmente espectacular, y se clavó en el ángulo, pasando por encima de un adelantado arquero.

-“GOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLL”.
Explota la tribuna de alegría.

Y yo pensaba.

-“Qué gritan?... Por qué no hizo ese gol la semana pasada?... eh???...”


Y el "grone" se vino al alambrado para aunar el grito con sus “supporters”, sumada a una sonrisa amplia donde dejaba ver los pocos dientes sobrevivientes.

-“Sos el mejor Negro… sos el mejor!...”.
Le gritaba el Rubio casi entre lágrimas.

Para luego rematar con un:

-"Gracias por tu fútbol..."

-“Te regalo un vino después del partido”.
Prometió Actenomys.

A lo que el morocho respondió con una sonrisa aún más amplia y un asentamiento de cabeza.

-“Y yo te regalo otro vino, marca Grosso, si es que metés otro gol así Negro de mierda y la recalcada 'shell' de tu madre!… así tendrías que haberla embocado la semana pasada, cuando servían los goles”.


Me quedó mirando, desafiante. Pensé que iba a insultarme. No dijo nada. Se fue. Pero evidentemente estaba hirviendo por dentro. Al fin pude notar que le molestó uno de los millones de insultos que recibió durante una década.

Yo también estaba enfurecido. Pero nadie escuchó lo que le grité, sólo él. Calculo que habrá sido porque lo hice en medio de la algarabía de los festejos.

-“Es un monstruo”.
Repetía el Rubio.

- “Es un Crack”.
Afirmaba Juanchi

-“Es el mejor”.
Sentenciaba Ladrillo.

-“Cuánto falta?”.
Pregunté.

-“Ya termina, ya termina”.
Alguien me respondió.

Listo, ya terminaba. En ese momento me disponía a descolgar mi bandera cuando de repente escucho:

-“Uhhh!... mirá la que hizo!”


Levanto la mirada, y era el magistral Huevo Acosta gambeteando en la mitad de cancha a tres rivales, sigue corriendo con pelota dominada hasta línea de fondo y tira un centro, despejan de un cabezazo hacia la medialuna, ahí estaba el inmortal número 9 azulgrana para pararla CON EL MUSLO!!!... la pelota le queda flotando nuevamente, y vuelve a castigar con un derechazo que expulsa un balón a más de 100 km por hora para incrustarse en la red junto al palo derecho ante la atónita mirada de los presentes.

-“GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL”.
Revienta la fanaticada y cae en una avalancha interminable a la cual me sumo y grito con alma y vida junto a mis hermanos del tablón.

Nuestro goleador viene hacia donde estábamos, ya no era negro, estaba rojo… era el rojo de la más neta furia… corrió directamente al alambrado con el dedo índice apuntando, como un testigo apunta al culpable en un jurado, ese dedo buscaba a alguien en la tribuna, me buscaba a mí.

-“Para vos… para vos”.
Parecía decirme, medio gangoso, por la saliva que le colgaba, de tanta rabia que tenía dentro. Yo no escuchaba nada, estaba sumergido en la adrenalina del gol gritado en masa.

Los compañeros de equipo no lo podían contener, se lo tuvieron que llevar entre varios, no quería irse del alambrado perimetral, hasta que lo obligaron.

El partido terminó 4 a 0, y sólo quedará para la estadística.

A la media hora de terminado el encuentro ya no quedaba nadie en las inmediaciones del estadio, a Actenomys parecía habérselo tragado la tierra. Los jugadores salían lentamente del vestuario, y ahí afuera estaba yo, con dos vinitos, esperando a que salga nuestro ídolo para hacerle entrega de su más que merecido premio.

2 comentarios:

  1. asi que ahora sos blogger...
    mira vos..

    reabri el mio solo para poder molestarte... jejej

    naa...

    por acá nos olemos...

    saludos amigo..

    pd: textos largos fondo gris matan el cerebro...... :P

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  2. Imposible de leer.. me sangran los ojos jaja
    Saludos Huracan, otro dia copio y pego el texto en otro lado..

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